Share/Bookmark

PALABRAS PARA OFELIA


Ophelia, de Alexandre Cabanel (1883)

El tema ofeliano, desde el estreno de Hamlet (1600), ofrecía la imagen de una mujer frágil, desvalida, pasiva ante los acontecimientos que la circundan y que le provocarán el delirio y su trágico final. Uno de los poemas más hermosos pertenece a Gustavo Adolfo Bécquer, quien en su adolescencia sevillana disfrutó de la lectura de Shakespeare. Como señala José Luis Cano, la tragedia danesa era una de las preferidas del escritor español, por lo que no debe extrañarnos que escribiera la hermosa rima que comienza "Como la brisa que la sangre orea" y cuyo verso final, "cogiendo flores y cantando pasa", tanto debe al canto XXVII del Purgatorio de Dante, y escrita aproximadamente en la misma época en que Millais pintó su Ofelia (1852). La imagen ofeliana había sido muy bien recibida por los románticos (Víctor Hugo) por aunar en sí misma el amor, la belleza, la locura y la muerte, y será ampliada y recreada por simbolistas (Rimbaud) y modernistas (Juan Ramón) hasta hoy. Para la literatura y la pintura finiseculares, Ofelia se ajustaba a la perfección al prototipo femenino que ellos consideraban un ideal, la "mujer conventual", la "dama virginal" -retales de la "dolce far niente"- a la que el hombre debía cuidar y proteger. Sobre Ofelia se proyectaba el imaginario del porteccionismo patriarcal. No obstante, una lectura atenta descubrirá que el tratamiento del tema ofeliano difiere bastante en función del género del artista. Mientras la mirada masculina se recrea en los mismos tópicos de cuando se gestó el mito (fragilidad, belleza en el ocaso, reificación de la mujer y simbolización vegetativa y pasiva), la mirada femenina arroja nuevos des-velos: Ofelia simboliza un estadio intermedio entre Eros y Tánatos, entre espíritu y materia; su extinción es sólo preludio, paso previo a una nueva vida, a una mágica función engendradora y a una superación trascendente, como esas aguas nutricias; su pose yacente encubre la capacidad de meditación, de instrospección, de en-sí-misma-miento, como Ariadna. Este redescubrimiento del mito de Ofelia queda manifiesto en El libro blanco (Frágil) de Delmira Agustini, que oscila entre los polos de la (fingida) fragilidad y la radical autoconciencia, a través de una peculiar estética del silencio. Puede hablarse, entonces, de un "discurso ofélico" en la literatura escrita por mujeres. Bien es cierto que algunos eruditos lograron ver más allá del tópico romántico y exploraron las aristas del arquetipo. Así, Gilbert Durand establecerá una dinámica de "ofelización" o "complejo de Ofelia" en la asociación entre las aguas, las lágrimas, la laguna Estigia o el océano de la noche, mientras Gaston Bachelard expone el paralelismo entre las ondas de las aguas de la ahogada y la cabellera flotante como simbolismo del tiempo.


{LA MIRADA MASCULINA}
**************************

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

Como la brisa que la sangre  orea
sobre el oscuro campo de batalla,
cargada de perfumes y armonías
en el silencio de la noche vaga,
símbolo del dolor y la ternura,
del bardo inglés en el terrible drama,
la dulce Ofelia, la razón perdida,
cogiendo flores y cantando pasa.


ARTHUR RIMBAUD
OPHÉLIE

I
En la onda calma y negra donde duermen estrellas
la blanca Ofelia flota como un lirio gigante,
flota muy lentamente, tendida en amplios velos...
En los bosques lejanos suenan cuernos de caza.
Hace más de mil años que la afligida Ofelia,
blanco fantasma, pasa sobre el gran río negro.
Hace más de mil años que su dulce locura
murmura su romanza a la brisa nocturna.
Besa el viento sus senos y despliega en corola
largos velos mecidos por indolentes aguas.
Los sauces temblorosos lloran sobre sus hombros;
juncos se inclinan sobre su frente pensativa.
Nenúfares marchitos alrededor suspiran,
y en un dormido aliso ella despierta a veces
un nido del que escapa leve temblor de alas.
-De las estrellas de oro, un canto misterioso cae...

II
¡Oh, tan pálida Ofelia! ¡Tan blanca como la nieve!
Sí, tú moriste, niña, ¡por un río furioso!
-Pues vientos desplomados de los montes noruegos
te hablaron en voz baja de la ardua libertad;
pues un soplo del viento, trenzando tus cabellos,
trajo extraños ruidos a tu alma visionaria;
tu corazón oía la canción de Natura
en la queja del árbol y los suspiros de las noches;
pues la voz de los mares, como estertor enorme,
partió tu tierno seno, tan humano y tan dulce;
pues en el alba de abril, un caballero pálido,
un pobre loco, mudo se arrodilló a tus pies.
¡Cielo! ¡Amor! ¡Libertad! ¡Qué sueño, oh pobre loca!
En él tú te fundías como la nieve al fuego:
las enormes visiones tu palabra estrangulaban:
-¡Y el terrible Infinito turbaba tu ojo azul!...

III
-Y el Poeta refiere que, a la luz de los astros,
buscas tú por la noche las flores que cogiste,
y que ha visto en el agua, tendida entre amplios velos,
cómo, lirio gigante, la blanca Ofelia flotaba...

RÉMY DE GOURMONT
Sobre una rosa blanca

El albo vestido de Ofelia,
la blanca flor inmaculada,
que es como nieve amontonada,
tan sólo es ya melancolía.
Se deshojó la rosa bella
por el agua del búcaro abrazada.
Y su gracia, como una huella
de amor, ahogada agoniza.
¡Pero qué viva en mi memoria!
Reharé los pliegos de su túnica;
quiero que nadie contraríe
el placer que hallo en respirarla.
Como la vi, pura, en las manos
que aquella noche me la dieron,
tal cual la amé, deseo amarla;
tal cual la vi, deseo verla.

RUBÉN DARÍO

Hamlet duda, Hernani hiere;
Cleopatra, lúbrica, incita;
sube al cielo Margarita;
Fausto piensa; Ofelia muere.

MANUEL REINA

La frente, orlada de olorosas flores,
en el pecho mortal melancolía,
y un cielo de candor y de poesía
en sus límpidos ojos soñadores.
La sublime canción de los amores
en sus labios de aromas y ambrosía,
tiene la seductora melodía
de una bella canción de ruiseñores...
Ora lanza un suspiro dulce y leve,
ya grandez carcajadas argentinas,
que de lágrimas guardan un tesoro.
Y si mueve su planta linda y breve,
paréceme escuchar notas divinas,
delicioso rumor de alas de oro.

MIGUEL DE UNAMUNO
Ofelia de Dinamarca

Rosa de nube o de carne,
Ofelia de Dinamarca,
tu mirada sueñe y duerma
es de esfinge la mirada.
En el azul del abismo
de sus niñas -¿es espuma
o poso de vida tu alma?
No te vayas monja, espérame
cantando viejas baladas,
suéñame mientras te sueño,
brízame la hora que falta.
Y si los sueños se esfuman
-"el resto es silencio"- almohada
hazme de tus muslos, virgen
Ofelia de Dinamarca.


ALEXANDER BLOK
Soy Hamlet

Soy Hamlet. Se hiela la sangre
cuando teje sus redes la perfidia,
y en el corazón late el primer amor
hacia la única sobre la Tierra.
A ti, Ofelia mía,
lejos te ha llevado el frío de la vida.
Moriré, como príncipe, en la comarca natal
atravesado por la hoja ponzoñosa.


JUAN RAMÓN JIMÉNEz

...Una trama de oros grises,
un ensueño de hilos blancos,
gnomos, sátiros, Ofelias,
voces vagas, ojos trágicos.
-¿Una mujer blanca, una
mujer? ¿Es Flérida, es Gloria,
es Ofelia?... Nada... Llueve...
los árboles hablan... Sombras...

MAURICIO BACARISSE
Fragilidad

Mi alma tierna y melancólica
se ha enamorado de ti,
Magdalena hecha en mayólica
por Bernardo Palissy.
Serás mi único tesoro
hasta que venga la Intrusa;
eres lo que más adoro
con mi madre y con mi musa.
Como un ópalo en mi dedo
turba mi felicidad
ese inexpresable miedo
a tu gran fragilidad.
Eres un alma perdida
del Infortunio de las fauces;
eres Ofelia subida
a las ramas de los sauces.
Eres de nieve y cristal,
y si te estrecho en mis brazos
la copa del Ideal
ha de quebrarse en pedazos.
Eres un astro de oro
en mi existencia confusa;
eres lo que más adoro
con mi madre y con mi musa.
Por si algún día estoy falto
de tu amor y tu bondad,
vivo en triste sobresalto
por tu gran fragilidad.

XAVIER ABRIL
Ofelia

La primera preocupación estética que sentimos al pronunciar este nombre nos la da la F. La O no indica nada. La L y la I adelgazan en una vaga teoría floral, casi astronómica, difícilmente vegetal, a la mujer que se llama Ofelia en el poema o en la intimidad. En cualquiera de estas dos situaciones, Ofelia es la misma y distinta. En el poema o en el sueño, lejana de la vida, su nombre se concreta en la F musical. La L esbelta es la síntesis de su cuerpo auroral. La o, la e y la a están en relación con su vida consciente. Las vocales responden de su intimidad, de su condición sexual. Ofelia es un nombre que determina una sensación eufónica, amorosa, en espiral. Si algún color sugiere es el de su nombre en la primavera. La temperatura influye en la visión de este color.. En las estaciones violentas su tono es invisible. Ofelia está oculta como el misterio de las flores nonatas. Entonces, Ofelia es una perspectiva, una esperanza de primavera.
¿Qué dice el nombre de Ofelia a los seres de oído y de ojos emocionales? Ofelia es en sí misma un preludio, un florecimiento en la f y en la l. En el cauce abierto entre ambas letras se dilata una suave temperatura de veinte grados con vegetación y alta luna vegetal. Quien quiera vivir en el paraíso de este nombre de mujer, ha de pornunciarlo en los límites de la luz -enla corriente del tiempo- hacia el amor. En esta zona de la gran Música, Ofelia extiende su dominio blanco, geométrico, abstracto. Allí Ofelia extralímitase de palpitaciones en las ignotas curvas de la sangre.
Aún más, para los claros timbres de la Estética: Ofelia se adelgaza en los floreros.
Ésta es la teoría de Ofelia: las flores de sus letras. Su talle o su tallo.


{LA MIRADA FEMENINA}
*************************
DULCE MARÍA LOYNAz

¡Qué honda serenidad
el agua tiene esta noche...!
Ni siquiera brilla:
Tersa,
obscura, aterciopelada,
está a mis pies extendida
como un lecho...
No hay estrellas.
Estoy sola y he sentido
en el rostro la frescura
de los cabellos mojados
de Ofelia...

AURORA DE ALBORNOz

Era de nuevo el río de las aguas azules.
El de siempre.
El que tuvo tan cerca muchas veces.
Sabía su principio
pero no quiso nunca
perderse por sus aguas.
Lo sintió más cercano.
Adivinó sus brazos
azules
como siempre.
Y tocó su principio.
Y lo siguió gustando.
Y sintió poco a poco sobre el cuerpo
pero no tuvo miedo.


MARÍA VICTORIA ATENCIA
Retrato de una joven dormida

Si por la oculta noche retenida
me pudiese llegar a tu lienzo y velarte,
tan cándida y cercana y tan ausente,
acaso
la luz que se derrama en tu pecho y lo alza
alcanzara a decirme si duermes a la vida,
si vives en la muerte, si puedo ser contigo
Ofelia de tu légamo, Desdémona en tu almohada.


ELENA SAINz

El rostro de otro rostro es un reflejo.
¡Qué belleza carnal, qué despilfarro!
Hoy es luz inmortal, mas fue del barro.
El rostro se ha perdido en el espejo.
Dudoso, Hamletiano... tan perplejo...
Ese gusano gris, gris como el barro,
el gusanito vil, ¡qué despilfarro!,
¿también el gusanito es del espejo?
Es contraria a lo obvio, a la voz cruda,
la imagen de perfil´-la más erecta-.
Hamlet no se repone de su duda.
Desprecia de Polonio el circunloquio.
Alza la calavera ya perfecta,
la Ofelia de su mismo soliloquio.

{LA MIRADA ARQUETÍPICA}
****************************

GASTON BACHELARD

El agua, que es la patria de las ninfas vivas, es también la patria de las ninfas muertas. Es la verdadera materia de la muerte muy femenina. Desde la primera escena entre Hamlet y Ofelia, Hamlet -siguiendo en esto la regla de la preparación literaria del suicidio-, como si fuera un augur que presagia el destino, sale de su profunda ensoñación murmurando: "¡Aquí está la bella Ofelia! Ninfa, en tus oraciones acuérdate de todos mis pecados" (Hamlet, acto III, esc. I). A partir de ese momento, Ofelia deberá morir por los pecados de otro, deberá morir en el río, dulcemente, sin escándalo. Su corta vida es ya la vida de una muerta [...] Ofelia podrá ser, pues, para nosotros, el símbolo del suicidio femenino. Es realmente una criatura nacida para morir en el agua, donde encuentra, como dice Shakespeare, "su propio elemento". El agua es el elemento de la muerte joven y bella, de la muerte florecida [...] Es el agua soñada en la vida habitual, es el agua del estanque que se "ofeliza" por sí sola, que se cubre con toda naturalidad de seres durmientes, de seres que se abandonan y que flotan, de seres que mueren dulcemente. Entonces, en la muerte, parece que los ahogados siguen flotando. Arthur Rimbaud ha encontrado esta imagen:

flottaison blême
et ravie, un noyé pensif, parfois descend...
[flotación pálida
y encantada, un pensativo ahogado, baja a veces...]

En vano serán llevados a tierra los restos de Ofelia. De veras es, como dice Mallarmé: "Una Ofelia nunca ahogada... joya intacta bajo el desastre" Se aparecerá por siglos a los soñadores y a los poetas, flotando en su río, con sus flores y su cabellera extendida sobre el agua. Dará motivo a una de las sinécdoques poéticas más claras. Será una cabellera flotante, una cabellera desatada por el agua.
********************
LEE*PROFUNDIZA*INVESTIGA

Lectura y recitación de los textos.
¿Crees que las interpretaciones masculinas difieren de las femeninas? ¿Qué relación guardan con el texto de Shakespeare?
Busca otros poemas de tema ofeliano para completar nuestra antología.

HOME | ABOUT

Copyright © 2011 OFELIA {ENTRE LAS FLORES} | Powered by BLOGGER | Template by 54BLOGGER